Hoy conversaremos con Alberto Pérez, un destacado jugador y entrenador con 12 años de trayectoria en nuestro club y numerosos logros en su haber. En la actualidad, dirige tanto al equipo alevín como al primer equipo senior, que lidera la clasificación de la categoría Preferente.
Alberto cuenta con una sólida experiencia como jugador, habiendo jugado en diversas categorías, como la primera infantil, cadete, y División de Honor en su etapa juvenil. Inició su carrera en La Salle, su colegio, y luego se trasladó a Riba-roja, donde jugó cinco años en tercera división antes de descender a Primera Regional y Preferente.
Pérez comparte su trayectoria como jugador, destacando sus etapas en las categorías cadete y juvenil. Durante su etapa juvenil, logró ascender en dos temporadas consecutivas desde la Segunda División hasta la División de Honor, la máxima categoría del fútbol sala juvenil. Sin embargo, fue en su último año cuando experimentó un cambio en su percepción del deporte, gracias a Salva Quiles y su hijo «Salveta», quienes lo introdujeron en el fútbol sala de una manera única. Asistir a partidos en vivo y competiciones como la Copa de España despertó en él una pasión que perdura hasta hoy.
Decidió convertirse en entrenador debido a su entusiasmo por trabajar con jóvenes en formación, lo cual ha podido combinar con su profesión de profesor. Comenzó su carrera como entrenador en La Salle, dirigiendo equipos de categorías base. Tras mudarse a Riba-roja, continuó entrenando equipos escolares y federados en diferentes categorías como juvenil, cadete e infantil.
Este año, Alberto tiene la fortuna de entrenar a un talentoso grupo de alevines apasionados por el fútbol sala. Su enfoque se centra en que los jóvenes aprendan, disfruten y compitan, sin dar prioridad a los resultados semanales. “Lo más importante para mí es la formación de los chicos y que disfruten del deporte que aman, independientemente de los resultados en las etapas de formación y competición. Me encanta ver la evolución de los equipos desde el inicio hasta el final de la temporada, más allá de los resultados obtenidos”. El objetivo de los equipos es controlar el balón, construir jugadas y no temer arriesgar en posesión. Además, es esencial que los jugadores comprendan el deporte que practican y sepan leer cada situación en el partido para resolverlas de manera efectiva. Alberto no está de acuerdo en dirigir a los jugadores en cada momento del partido; en cambio, prefiere que comprendan el juego y tomen decisiones de manera autónoma.
En cuanto al primer equipo senior que entrena Alberto, la dinámica es distinta. Algunos jugadores han sido compañeros de vestuario, mientras que otros han sido formados por él desde pequeños. Pérez describe al equipo como una combinación de juventud y experiencia, con un gran deseo de competir y ganar.
Para concluir, Alberto enfatiza que cada temporada, tanto como jugador o entrenador, siempre se adquieren nuevas experiencias, tanto positivas como negativas, de las cuales se aprende y se crece. Estos aprendizajes pueden provenir de diversas fuentes, como los compañeros de equipo, los entrenadores, los vestuarios e incluso los propios jugadores si se es entrenador. Es importante mantener una actitud abierta al aprendizaje y la mejora, no solo en cuanto a habilidades técnicas y tácticas, sino también en habilidades interpersonales y de liderazgo. El fútbol sala, al igual que cualquier deporte, es un juego en equipo; por lo tanto, la comunicación, el trabajo en equipo y el respeto son fundamentales para alcanzar los objetivos.
Alberto Pérez es un ejemplo de dedicación y pasión por el fútbol sala, tanto en su faceta de jugador como de entrenador. Su enfoque en la formación de jóvenes talentos y su compromiso con el crecimiento personal y deportivo de cada jugador lo convierten en un entrenador respetado y admirado en el mundo del fútbol sala. A medida que continúa su carrera, no cabe duda de que seguirá inspirando y guiando a las futuras generaciones de jugadores y entrenadores en este emocionante deporte.